A partir del 1º de octubre de 2001, Dzitbalché figura en la historia campechana como flamante ciudad del siglo XXI en el Camino Real. La fuerza de las ideas y el trabajo conjunto de sus hijos en el devenir del tiempo, transforman paulatinamente los sueños en un horizonte de porvenir y esperanza, cada día más alcanzable.
Su reciente titulación como ciudad es un legado valioso, pero también un compromiso para las nuevas generaciones. A ellas les corresponde preservar y acrecentar su cultura, sus valores y, sobre todo, impulsar su desarrollo integral. Todos ellos, factores primordiales para seguir vigente en el actual mundo social globalizado.
Una mirada atrás en el tiempo permite hacer un recuento del desarrollo y el avance logrado en el mejoramiento de la vida de los dzitbalchenses, a base de sangre, sudor y lágrimas. El punto de partida en el largo camino histórico, se remonta a los antiguos asentamientos mayas, cuyos vestigios arqueológicos se encuentran dispersos, devorados por la selva de la serranía. Forman parte del sitio conocido como May–K’eek’en, donde hay una caprichosa formación pétrea natural, semejante a la pezuña de un cerdo. En este lugar surgió nuestra sociedad local.
Dzitbalché emergió en la historia aproximadamente hacia finales del Período Postclásico (900–1600 D.C.). Nuestros antepasados son consecuencia de las constantes migraciones en masa, muy frecuente entre los mayas. Particularmente después de la destrucción de Mayapán, ciudad–estado de los Cocom; causada por el ejército de los Xius de Uxmal. En esta guerra fratricida aparecen en escena los nueve hermanos Ah–Canul, que pelearon en el bando derotado.
Concluida la conflagración, éstos emigraron hacia el sur, hasta alcanzar lo que ahora es la Región del Camino Real. El mayor de ellos, Tzab Canul estableció un cacicazgo centralista en Calkiní. Su hermano Ah–Kin–Canul se quedó en Dzitbalché en 1441, en estas tierras habitaban y mantenían un cacicazgo los Canché, a cuyo gobernante le llamaban Batab.
Durante algún tiempo se pensó equivocadamente que los Ah–Canul fueron los primeros pobladores de esta región nuestra. La Arqueología y la Historia se han encargado de iluminar con la verdad este polémico asunto. El mérito atribuible a Ah–Kin–Canul consiste en haber organizado a la naciente sociedad dzitbalchense y haberle formado una identidad propia ante otros pueblos. En recompensa a su obra reformadora, llegó a ser Batab de Dzitbalché.
Un testimonio que avala la trascendencia y versatilidad de nuestra cultura autóctona, es una obra literaria única en todo el mundo maya: "Los Cantares de Dzitbalché".
Efectivamente, se trata de quince cantares y una portada que dice: “El libro de las Danzas de los Hombres Antiguos, que era costumbre hacer acá en los pueblos cuando aún no llegaban los blancos”. Los versos de la obra se cantaban danzando y hacen referencia a diversos temas de la vida de aquella época. Es una obra postcortesiana porque están escritos en papel español, pero expresan vivencias anteriores a la conquista.
Los Cantares de Dzitbalché hacen referencia a los astros, la religión, las flores, las aves, las mujeres y a toda manifestación de belleza. El cantar 7 Kay–Nicté (Canto de la flor) dice en sus dos primeros fragmentos, semejantes a los versos y estrofas españoles, ya traducidos al idioma oficial:
1. La bellísima luna
2. Se va alzando sobre el bosque,
3. Va encendiéndose
4. En medio de los cielos
5. Donde queda en suspenso
6. Para alumbrar sobre
7. La tierra, todo el bosque.
8. Dulcemente viene el aire
9. Y su perfume
10. Ha llegado en medio
11. Del cielo, resplandece
12. Su luz sobre
13. Todas las cosas. Hay
14. Alegría en todo
15. Buen Hombre
Cien años después, en 1541, los descendientes de los Canché y los Canul, probablemente ya habían abandonado May–K’eek’en para establecerse en la llanura, donde fundaron Noh–Cah (Pueblo Viejo). Ahí tuvieron el primer contacto con el conquistador Francisco de Montejo “El mozo”.
El encuentro inicial no se dio de manera pacífica, sino violenta; fue el choque de dos culturas distintas. Al final triunfó la superioridad de las armas de acero, de fuego; así dio comienzo la fusión de dos razas. Es el génesis de nuestro mestizaje, desde entonces.
Con relación de origen y significado de la palabra Dzitbalché, existen distintas versiones, pero que tienen más semejanzas que diferencias entre ellas. La primera señala que el conquistador escuchó que los indígenas llamaban a este lugar Ich–balché, que significa "entre el árbol de balché".
La segunda versión la menciona el historiador José Tiburcio Cervera y Molina originario de Bolonchenticul, hoy Bolonchén de Rejón, quien estuvo en Dzitbalché durante dos meses en 1848, en plena Guerra de Castas; específicamente para ayudar en la defensa del pueblo contra potenciales ataques de los indígenas sublevados. En el breve tiempo que vivió en el pueblo, haciendo un paréntesis en su tarea militar, se dedicó a recopilar datos sobre el significado del nombre de este poblado.
La gente le comentó a nuestro personaje que en un principio esta comunidad se llamaba Hunoi–balché (el meollo del balché), por la existencia de un árbol denominado balché o pitarrilla. Con el paso de los años, el nombre cayó en desuso y la gente le puso su actual sustantivo. Sus raíces mayas son: Dziit (vara delgada de madera) y baalché (planta llamada pitarrilla).
El balché es una planta que con la corteza del tallo y sus flores, los antiguos mayas preparaban una bebida alcohólica; fermentada con miel de abejas silvestres y diluida con agua. Su elaboración sólo estaba permitido a los h’menes (sacerdotes). La gente lo consumía en ocasiones especiales, tales como: Ceremonias religiosas y festividades de canto y danza.
La caída de los cacicazgos mayas bajo el poder de los españoles, dio lugar a la vida colonial en la Península. La religión autóctona fue destruida y sustituida por la fe católica, impuesta por los frailes franciscanos. Para consolidar su misión en el Nuevo Mundo, construyeron iglesias y oratorios en puntos estratégicos. En Dzitbalché el ejemplo más representativo es la parroquia de la Asunción. Su construcción fue iniciada en 1768, bajo las órdenes del fraile Nicolás Pozuelos. Se desconoce la fecha exacta en que fue terminada. Otras iglesias, pero más pequeñas fueron levantadas en los barrios de San Feliciano, San Felipe y San Juan. Esta última, está actualmente en ruinas, el ser víctima del ejército federal durante la Guerra Cristera (1926–1929). Todavía existen algunos oratorios en calles de pocos barrios; entre ellos: San Felipe, San Román, San Pastor y La Alameda.
A la época colonial le siguió el movimiento libertario de 1810 que culminó el 27 de septiembre de 1821. después de casi tres décadas de vida independiente, la Península de Yucatán, padeció muerte y sufrimiento a consecuencia de la Guerra de Castas (1847–1852). Durante esta rebelión maya contra los blancos (dzuloo’b), los habitantes de Dzitbalché recibieron ayuda de Bécal, Halachó y Bolonchén. Afortunadamente, nuestro pueblo nunca fue atacado por los nativos sublevados. Aunque la mayoría de los dzitbalchenses se opuso a participar en el conflicto, 1013 indígenas se agregaron a los insurgentes mayas atrincherados en Noh–Cacab y Bolonchén.
Al terminar la conflagración, los habitantes del pueblo, recuperaron la tranquilidad y reiniciaron el comercio de granos y alcohol con Muna.
Posteriormente, en 1865, cuando Maximiliano de Habsburgo gobernaba en México como Emperador, su esposa la Emperatriz Carlota Amalia realizó un recorrido por el Sureste mexicano, a su paso por Dzitbalché; fue recibida solemnemente por el Batab Santiago Pisté. El recorrido hecho por esta dama, entre las ciudades de Campeche y Mérida fue bautizado con el nombre de Camino Real.
En la década de los ochentas del siglo XIX, siguió el ejemplo de Mérida, capital de Yucatán; que ya había logrado la aprobación del proyecto para construir una vía férrea hasta Calkiní, El gobierno campechano solicitó al gobierno federal, el presupuesto, para unir a la ciudad de Campeche con Calkiní; comunicando de ese modo a las capitales de ambos estados y poblaciones intermedias. La aprobación de la solicitud de los campechanos se consiguió el 2 de diciembre de 1880. En 1887 se firmó el contenido para la construcción de la vía del ferrocarril entre Campeche y Mérida. Hacia 1882 se había construido hasta Tenabo. Debido a la difícil situación económica de nuestro Estado, la obra se detuvo. La concesión fue traspasada a un empresario yucateco que fundó la Compañía Peninsular del Ferrocarril, S. A. Tuvieron que pasar 17 años desde la concesión para la continuación de la construcción de las vías, hasta la conclusión de dicha obra el 28 de julio de 1898. A partir de entonces la gente ya pudo viajar en tren por el Camino Real.
En 1901, cuando el siglo XX despuntaba en el horizonte del tiempo histórico; Dzitbalché alcanzó la categoría de Villa por el Decreto No. 59 de la XIX Legislatura del Congreso del Estado, promulgado el 11 de octubre de 1901. El documento principia así:
Carlos Gutiérrez Mac–Gregor Gobernador Constitucional del Estado Libre y Soberano de Campeche a sus habitantes sabed: H. Congreso del Estado, lo siguiente:
El Congreso Constitucional del Estado Libre y Soberano de Campeche decreta:
Art. 1º Se erige en villa el pueblo de Dzitbalché y tendrá un Ayuntamiento compuesto por un Presidente, cuatro Regidores y un Síndico Procurador. Habrá además dos Jueces de Paz propietarios y dos suplentes.
El final del Decreto expresa lo siguiente:
Dado en Campeche de Baranda a los once días del mes de octubre de 1901.
Publíquese para su cumplimiento. Campeche de Baranda octubre 11 de 1901. Carlos Gutiérrez Mac–Gregor. Francisco S. Carvajal. Secretario General.
Durante la Revolución Mexicana, los dzitbalchenses participaron activamente, según el Diccionario Histórico y Biográfico de la Revolución Mexicana correspondiente al Estado de Campeche, se lee: Sublevación de Dzitbalché, página 261. El 30 de marzo de 1911, este pueblo se sublevó para unirse a la revolución maderista. En la movilización estuvo presente el Subte. de la Guardia Nacional del Estado, Gonzalo Herrera, con el piquete de tropa que formaba el destacamento del lugar. Asaltaron la presidencia municipal apoderándose de todas las armas y municiones que había, para después marchar a integrarse a las fuerzas revolucionarias de Manuel Castilla Brito.
El estallido de la Revolución Mexicana, fue el principio del fin de la prosperidad de las haciendas; donde incontables generaciones de peones trabajaron hasta la muerte, víctimas de un sistema político injusto y humillante. Por ello, el 30 de marzo de 1911; hubo una rebelión en masa de la población, para unirse a la causa maderista. En 1915 siendo presidente de la República, el Gral. Venustiano Carranza, el gobierno de Yucatán encabezado por el Tte. Cnel. Abel Ortiz Argumedo desconoció al Gobierno Federal porque el Poder Ejecutivo se negó a aceptar a la Junta de Gobierno de Yucatán. Carranza envió al sureste al Gral. Salvador Alvarado, un duro y enérgico militar sinaloense; para someter a los rebeldes yucatecos. Las fuerzas peninsulares salieron con rumbo al sur, al encuentro de los "huaches" quienes habían desembarcado en el puerto de Campeche. En ese tiempo muchos hacendados se resistían a perder sus propiedades, temían que sus privilegios se les deshiciera en las manos. Uno de ellos fue Don Sixto García, dueño de la hacienda "Blanca Flor", cercana al poblado de Pocboc.
El hacendado reunió un "ejército" compuesto por hombres leales a él. Cuando llegaron los yucatecos, formaron una alianza con ellos. El choque frontal contra los "pelones" era inminente. A las diez de la mañana del domingo 14 de marzo de 1915 se inició una sangrienta batalla en el sitio de la hacienda. El enfrentamiento duró varias horas, con saldo de muchos muertos en ambos contendientes. La superioridad militar del ejército de Alvarado terminó por imponerse. Los aliados peninsulares fueron derrotados y sus principales oficiales y colaboradores murieron colgados en las ramas de la ceiba, que está en el parque principal de Pocboc. Otros perecieron quemados vivos. Los soldados sobrevivientes de la derrota iniciaron una retirada en tropel hacia el norte, rumbo a Yucatán. Huyeron por montes y caminos de herradura, muchos de ellos pasaron por Dzitbalché y tocaban las puertas de las casas ofreciendo sus fusiles a cambio de dinero o comida. La batalla de Blanca Flor estuvo a punto de tener consecuencias nefastas para nuestra localidad.
La tarde del mismo día de la lucha armada, Alvarado inició una feroz persecución de las derrotadas fuerzas de "La tierra del faisán y el venado".
Los " “huaches" hicieron su entrada a Dzitbalché, incendiando las humildes casas de huano como represalia, pensando que habían tomado una población yucateca. Armándose de indómito valor, Timoteo Ek; un joven campesino de piel trigueña, en una acción espontánea poco común salió al paso de los militares y los espetó así: ¡Este pueblo pertenece a Campeche, no a Yucatán! ¡Por favor, no quemen nuestras casas! Su temeraria y oportuna intervención salvó al pueblo de una segura desgracia. Ya atenuados los caldeados ánimos, explicó a los federales; que estaban en Dzitbalché, en suelo campechano. Continuaron su camino hasta llegar a la plaza principal, donde bajo la antigua ceiba establecieron su campamento. Elementos de la guarnición anduvieron de casa en casa, solicitando aves de corral o cerdos para comprar y así alimentar a su hambriento y extenuado ejército. Incluso algunos de ellos subieron a la azotea de la iglesia de la Asunción a tocar sus cornetas. Muchas familias huyeron al monte, presas del miedo ante la presencia de las huestes de Alvarado. Al día siguiente a primera hora levantaron sus pertrechos y partieron en persecución de los yucatecos. Hasta aquí este pasaje que vivieron los bisabuelos dzitbalchenses.
Al terminar la Revolución, Dzitbalché siguió siendo una comunidad netamente rural. Sus instituciones empezaron a crearse en la década de los treintas. La Esc. Primaria " Ángel Castillo Lanz" fue construida por el gobierno socialista, a iniciativa del C. Dip. Alonso Cuevas. Se empezó en 1926 y terminada siete años después. El 15 de abril de 1933 tuvo a su cargo la inauguración el gobernador Benjamín Romero Esquivel. Se encuentra en el costado norte del parque principal. En el año de 1987 este sobrio edificio, fue remozado con el financiamiento del Sr. Félix Amilcar Escalante Patrón; hijo y ciudadano distinguido de Dzitbalché. Falleció el 3 de octubre del presente año. Tuvimos mercado público a partir del 29 de diciembre de 1945, fecha en que lo inauguró el gobernador, Lic. Eduardo Lavalle Urbina.
El palacio municipal se construyó en una fecha no precisa en los primeros treinta años del siglo XX. Su arquería fue ampliada en 1947. La torre del reloj, que es parte del mismo palacio se edificó e inauguró el 8 de mayo de 1954. ese mismo año se hizo la primera etapa de la calzada (frente al palacio) de la plaza principal.
Las necesidades de salud de la población se atendieron de manera digna y moderna de acuerdo a la época, a partir de septiembre de 1949. Cuando se remozó y habilitó el ex convento franciscano. El edificio pasó a ser propiedad del gobierno federal y funcionó hasta principios de los ochentas como Centro de Salud.
La energía eléctrica que ahora suministra la C.F.E., iluminó por primera vez los hogares y calles de Dzitbalché; a partir del año de 1959, durante el sexenio del presidente Adolfo López Mateos. Anteriormente el servicio eléctrico era proporcionado por una planta generadora, propiedad del Sr. Silvestre Pérez Cruz. Ésta sólo tenía capacidad para abastecer de energía a una limitada área del pueblo.
La pavimentación de la carretera Campeche-Mérida, vía Camino Real era un sueño no cristalizado en 1961. En ese tiempo, a las 14:00 horas llegaba al pueblo un autobús muy viejo, de paso hacia la ciudad de Campeche. Salía de Mérida desde las primeras horas de la mañana. Como al camino era de terracería, en época de sequía, desde que abandonaba la ciudad de Calkiní, se veía a lo lejos la enorme polvareda que levantaba la vetusta unidad. La gente decía: ¡Ahí viene la hua hua! Al puro estilo cubano. Los anhelos de todos los habitantes de nuestra región se cumplieron, cuando llegó la carretera pavimentada a todos los pueblos y ciudades, en 1962.
De 1962 a 1971 la vía Campeche-Mérida, pasaba por todos los poblados, hasta que en 1972 se terminó la construcción de un libramiento carretero, comúnmente llamado "desvío".
La juventud dzitbalchense pudo estudiar la educación media básica, cuando se fundó la Escuela Secundaria Estatal por Cooperación "Lázaro Cárdenas", el 22 de septiembre de 1970. Empezó sus funciones el 1º de octubre de 1970. El director fundador es el Profr. César R. Pech Sunza. Tiempo después se transformó en la Esc. Sec. Técnica No. 14. A partir de los setentas se crearon varias escuelas primarias a medida que creció la demanda educativa. La Escuela Primaria "Miguel Hidalgo" se inauguró el 21 de noviembre de 1972. También se construyeron escuelas primarias en los barrios de San Felipe, San Feliciano y Pulyaaxché. Proporcionan servicios educativos tres Jardines de Niños.
Dzitbalché a través de su historia ha tenido la construcción de tres parques. El primero en 1954, el segundo en 1967 y el actual desde 1983. durante el trienio del Pte. de la Junta Mpal., Dr. Ricardo Mas Kantún.
A mediados de los ochentas un grupo de ciudadanos, se dieron a la tarea de realizar numerosas gestiones; encaminadas a la creación y construcción de una Escuela Preparatoria. Los jóvenes de ese tiempo no tenían ninguna opción educativa, después de concluir sus estudios de secundaria. Algunos de estos padres de familia que realizaron las gestorías correspondientes son: Ricardo Mas Kantún, Javier Salazar Cruz, Mario Poot Salazar, Antonio Pech Sunza y Guadalupe Escalante Brito, entre otros. A ellos se sumó el Profr. Williams Sosa Celis que por cierto llegó a ser el Director fundador. La Esc. Preparatoria Estatal "Dzitbalché" empezó a laborar el 4 octubre de 1985 en el antiguo local de la Esc. Primaria "Ángel Castillo Lanz" de manera provisional. Tiempo después estrenó su edificio propio, en la calle 18 rumbo a la salida a Calkiní. En el año 2002 se transformó en el plantel 003 del CONALEP. Actualmente el bonito edificio de la mencionada escuela primaria es ahora la sede del ICAT.
En su larga existencia, la ciudad de Dzitbalché puede sentirse orgullosa de ser la cuna de importantes políticos, luchadores sociales, lideres campesinos, académicos, médicos, músicos, pintores, sacerdotes, deportistas y demás hombres y mujeres de ayer y hoy que siempre han enaltecido el nombre de Dzitbalché; dentro y fuera de nuestras fronteras. Seguramente las generaciones jóvenes también lo harán con el mismo esfuerzo y afán.
A dos años de haber erigida ciudad, sus habitantes ven el futuro con optimismo, con la seguridad que da la unión; el diálogo y el trabajo fructífero. Pueblo y autoridades seguirán el largo y sinuoso camino hacia el progreso de nuestra noble ciudad, bella mestiza del Camino Real.
FUENTES BIBLIOGRÁFICAS Y CRÉDITOS
Los reinos perdidos de los mayas. Gene S. Stuart y George E. Stuart. National GeograPhic. 2002. Pág. 12.
El Libro de los “Cantares de Dzitbalché”. Trad. De Alfredo Barrera Vázquez. Ayuntamiento de Mérida. 1980
Revista, Campechanos en la Metrópoli. Asociación Campechana para el Desarrollo, A.C. 1993.
Datos históricos de Dzitbalché. Profr. Adolfo González Salazar. Periódico Por Esto, 3 de Julio de 1999.
Las H. Juntas Municipales del Estado de Campeche. Una breve descripción. Alicia E. Gómez Montejo. Serie Tomás Aznar Barbachano. LVII Legislatura. Congreso del Estado de Campeche. 2002.
Ensayo Monográfico de la ciudad de Dzitbalché. Rafael Talavera Sosa. Ayuntamiento de Calkiní. 2002.
Villa de Dzitbalché. Los ojos de Ah-Canul. Profr. Santiago Canto Sosa. Suplemento dominical de Tribuna, octubre de 2000.
Guerra Social en Yucatán. Profr. Ramón Berzúnza Pinto. Edición del Gobierno del Estado de Yucatán. 1981.
Campeche: Perfil del tiempo. SECUD, INAH. 1999.
Campeche. Monografía Estatal. SECUD. 1985.
Diccionario Enciclopédico Océano. 1994.
Enciclopedia Autodidáctica de México. Editorial LetrArte. Edición 2002.
- Profr. Rafael Talavera Sosa
- Profr. Cesar R. Pech Sunza
- Profr. Jorge Magaña Flores
- Sr. Mario Poot Salazar.
- Sr. Manuel Turriza Peña.
Fuente: Texto proporcionados por Jorge Tun Chuc; septiembre de 2005.